domingo, 23 de octubre de 2011

Puta Cola

"Bueno, no os separéis mucho que os perderéis... ¡Carlos! Vente para acá, anda, no pongas nerviosa a tu madre."
Me coloco en la cola, gente delante gente detrás. Me gustaban mucho los parques de atracciones, con sus atracciones y sus parques y sus mierdas, hace muchos años cuando estábamos ella y yo solos y éramos jóvenes y aún no me habían obligado a casarme con ella porque si no "se te pasaba el arroz y con lo que vas buscando tú poco futuro tienes, te casas eh y vives bien que su familia tiene dinero". Ella no está porque está en el hotel y tiene diarrea o estreñimiento o simplemente es que ya nunca se encuentra bien, y prefiere llamar a escondidas a ese amante suyo (que aún no les he pillado medio desnudos en un ascensor o en su despacho haciendo movimientos raros cuando entro, claros indicios, pero los pillaré) y hablar con él sobre moda, sobre el cantante que se ha casado con la modelo o sobre cosas de las que yo ni puta idea.
"Eres un crack Paco, que te digo yo que con el dinerito este que te voy a dar y con lo bien que cocinas montamos un Bullis o algo de eso"
Hacer negocios en la cola de una montaña rusa: una operación de alto riesgo. JAJ me río de mi chiste pero nadie más lo va a oír, porque estoy sólo en el parque de atracciones. Es decir, hay gente y críos y alguno se parece a mis críos y eso me pone nervioso, cómo si mi mujer se hubiese dedicado a fornicar con otros mientras nuestros gemelos crecían. Es algo psicológico.
Mis hijos tienen tres y siete años. El primero lo queríamos pero el segundo lo tuvimos porque "últimamente me parece que este matrimonio no va a ningún lado, llego del trabajo y te encuentro con el ordenador escribiendo tus cosas que, son muy curiosas, pero poco más. Búscate un trabajo, dame algo con lo que sonreír cuando vuelvo a casa, es que..." Mi mujer en realidad no hace una mierda, está en su despacho fornicando con su amante. Firma contratos a veces, todos tienen que ver con italianos o con árabes podridos de dinero. Mi mujer está también podrida, pero no sólo de dinero. Otra expresión al uso es que mi mujer ha caducado.
"Te digo que estoy temblando, estoy muy asustada... Aquí una vez se mató uno y salió volando, encontraron el cuerpo en la autopista y pensaban que era un motorista"
Todo eso es mentira, pero no puedo evitar pensar en lo estúpido que es tenerle miedo a una montaña rusa de madera. A mí me da más miedo la montaña rusa de días en la que llevo atrapado estos años. Y caigo, y caigo, y mi matrimonio conmigo, y cuando lleguemos al suelo pondremos a los hijos por delante y verás, porque mi mujer creo que en realidad nunca les ha querido mucho. Es algo así como "la rica heredera se casa con un tipo común y tienen hijos comunes. Una de las dos partes está descontenta. ¿Adivinan cuál?"
La cola avanza muy lentamente y me he pensado todo esto varias veces ya. Me frustro y me agobio y me pongo nervioso y combinaciones sin sentido con esas tres palabras. ¿Y si tenemos otro hijo y le enseño a jugar al fútbol?
"Mira, mamá, el papá está ahí"
Entonces llegan mi mujer y mis hijos y el mayor me abraza. La pequeña sonríe como diciendo "si tuviese diez te abrazaría, si tuviese quince te daría dos besos sordos y si tuviese veinticinco te pediría dinero para drogas" Mi mujer sonríe quedamente, muy seguramente pensando en algo que no tiene nada que ver con este momento en concreto.
"Que me encuentro mejor... Tus hijos quieren subir a la atracción infantil de nosecual zona muy lejos de aquí, salte de la cola y vente con nosotros"
"Claro, claro, además esta tarda mucho y me estoy empezando a aburrir"
Así que me trago todo lo tragable, salgo de la puta cola para la atracción a que tenía muchas ganas de subir y me voy con ellos, nos perdemos en medio del gentío. Voy vigilando a mis hijos, el de siete mirando las cosas luminosas y la de tres cogida de su madre, mirando las cosas luminosas. Una familia de cuervos. Me doy cuenta de lo que acabo de discurrir y me asusto de mí mismo.
Cojo a mi mujer de la mano. Ella sonríe y no se suelta.
 "Te he echado un poquito de menos. He hablado con Jaime, que están muy liados en la oficina pero que se apañará(n) sin mí este fin de semana. Han hecho pis los dos ya en el hotel, antes de salir."
 Me da la impresión de que sigo en la cola, esperando.







2 comentarios:

  1. Muy bueno Ricardo, de verdad me encanta; me llevo la duda de si el padre es un tío flojo, buenachón y que deja que la golfa lo maltrate o se trata sólo de alguien que ya está cansado y se resigna a quejarse. A lo mejor la anterior era peor. De verdad me gusta.

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  2. Muchas gracias! Ja et followeo i m´agrada molt el teu bloc!

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